Reseña: Harry Potter y la piedra filosofal (J.K. Rowling)

Sinopsis:

Harry Potter se ha quedado huérfano y vive en casa de sus abominables tíos y el insoportable primo Dudley. Se siente muy triste y solo, hasta que un buen día recibe una carta que cambiará su vida para siempre. En ella le comunican que ha sido aceptado como alumno en el Colegio Hogwarts de Magia. A partir de ese momento, la suerte de Harry da un vuelco espectacular. En esa escuela tan especial aprenderá encantamientos, trucos fabulosos y tácticas de defensa contra las malas artes. Se convertirá en el campeón escolar de quidditch, una especie de fútbol aéreo que se juega montado sobre escobas, y hará un puñado de buenos amigos... aunque también algunos temibles enemigos. Pero, sobre todo, conocerá los secretos que le permitirán cumplir con su destino. Pues, aunque no lo parezca a primera vista, Harry no es un chico normal y corriente: ¡es un verdadero mago! 

Opinión:

¡Hola, gentes! Si me vieron últimamente por Goodreads, habrán notado que estoy releyendo la saga Harry  Potter (también me estoy poniendo al día con Fairy Tail, aunque me faltan como trece volúmenes para alcanzar a- es otra historia). No sé si lo mencione antes, pero amo los libros de Harry. Son mi primer gran amor literario, son las primeras novelas que leí, lo son todo para mi. Son los libros que mas veces leí en mi vida. Esta es, de hecho, la tercera vez que los releo. ¿Por qué? Porque una amiga jamás leyó Harry Potter.  Como potterica no podía permitir esto, así que fui a la biblioteca de mi ciudad que también es su ciudad y saque todos  los libros. Cuando me devolvió los primeros dos, los deje en mi mesita de luz planeando devolverlos al día siguiente. Los mire un momento, recordando la primera vez que los leí (de hecho, yo empecé por el segundo, y al primero lo leí después de leer el sexto pero antes del séptimo). Y casi sin darme cuenta, empecé a leer. Y no pude parar.

Reconozco que el primero es el peor de todos; el estilo de J.K. todavía no estaba muy pulido, y todo pasa muy rápido para mi gusto. Pero aún así, hubo magia cuando lo leí. Hubo autentica magia. Cuando leía, una sonrisa cruzaba mi rostro. Recordaba todas las horas que pase en ese mundo, recordaba cuando tenía nueve años y saque La cámara secreta de la biblioteca, para ver si era cierto lo que mi hermana decía, que los libros eran mucho mejores que las películas (por cierto, ella solo leyó hasta El prisionero de Azcaban, no hubo manera de lograr que leyera los libros faltantes, y eso que prácticamente le metí El cáliz de fuego por los ojos). Y vaya que son mucho mejores.

Cuando empecé a leer La piedra filosofal acababa de haber leído el sexto, y leer a todos los personajes tan chiquitos me lleno de una nostalgia similar a la que uno siente cuando ve fotos familiares y nota lo mucho que crecieron todos, cuando tu prima cumple ocho años y te acordas cuando nació, o como cuando te das cuenta  que en dos años vas a tener dieciocho años.

Iré profundizando mi profundo amor hacía esta saga y sus personajes en las siguientes reseñas. Esta reseña es como un pequeño "prólogo" para una historia que contaré estas semanas. La historia de mi primer amor.

Puntuación: