Miedo
Tengo miedo.
Tengo muchísimo miedo.
Jamás había tenido tanto miedo en mi vida. Creo que voy a morir, el
miedo me va a matar. Aprieta mi garganta y no me deja respirar.
Humedece mis ojos y no me deja ver. Acelera tanto mi corazón que
creo que parara en cualquier momento.
Le he tenido miedo a los
monstruos. A los fantasmas. A la muerte. A la inseguridad. A ir a la
escuela. Al dolor. A los finales. Al miedo mismo.
Pero eso no es nada
comparado con el miedo que tengo ahora.
Lo siento. Mi corazón se
encoje y ya estoy llorando, las lágrimas se acumulas en mis ojos y
arden, y no quiero llorar, pero tengo tanto miedo que no puedo
evitarlo. “Dios, no, por favor, Dios NO” es todo lo que puedo
pensar.
Por favor, Dios, por
favor, NO.
No eso. Cualquier cosa
menos eso. Lo que quieras. Que sea alguien mas. Que sea otra cosas.
Trae el fin de los tiempos si eso es lo que deseas.
Pero no eso, no, por
favor.
A penas puedo caminar. No
quiero, quiero volver a donde estaba, quiero ver la tele, quiero
leer, quiero ver a mis amigos, quiero ir al supermercado y comprar un
paquete de galletitas, quiero volver atrás donde no había miedo,
donde solo era yo siendo yo, y no este infierno.
El infierno, que fuego ni
que hielo.
Esto es el infierno.
Mi casa nunca había sido
tan tenebrosa hasta ahora. Le tuve miedo a las sombras de noche, le
tuve miedo a las sombras de día, pero esa sombra, esa silueta me
asusta tanto que mis piernas tiemblan y me voy a desmayar, me voy a
desmayar.
Tengo tanto, tanto miedo.
Ahí está, a la
distancia. Mi casa no es particularmente grande, pero ahora mismo
este es el edificio más enorme en el que he estado.
Avanzo, y la silueta se
mueve. No, se balancea. De izquierda a derecha.
“Que sea un sueño, que
sea un sueño”
Lloro, lloro, lloro.
Quiero irme. Quiero irme corriendo. Quiero gritar. Quiero llamar a alguien Quién sea.
“Por favor, por favor”
Avanzo hacia la silueta,
y me voy a morir, me voy a morir. Hasta acá llegue. Nadie debería vivir esto. Mucho menos yo.
“¿Es que no pensaste
en mi?”
No, no pensó en mi. Nadie
piensa en mi, nunca.
La distancia entre la
silueta balanceante y yo se acorta, y tengo TANTO MIEDO. Cuando volví a casa no pensé que esto iba a pasar.
Cuando volví a casa encontré una nota en la mesa.
Esa nota quema en mis
manos.
Un trozo de papel nunca
había tenido tanto poder en este mundo hasta ese momento.
Las oraciones escritas en
el hicieron que mi normalmente tranquilo corazón se acelerara. Y no
de la buena manera.
Dios, porque, porque,
porqueporqueporqueporqueporque.
La casa está a oscuras,
aunque puedo ver. La única luz que prendi fue la de la sala, en
donde vi la nota.
Ahora no me animo a
prender ninguna otra luz.
Creo que estoy caminando
hace años, y sigo sin llegar a la silueta.
“Porqueeeeeeeeeeeeee”
Yo siempre creí que las
personas que mas felices te hacen son las que más tristes te haran.
Pero no sabía que también son las que más miedo te dan.
Llegué. Dios, mamá,
papá, llegué.
NONONONONONONONONO.
No veo su cara, pero no
tengo dudas, se quién es.
Prendo la luz.
Creo que morí.
Debí haber muerto. Esto
debe ser la muerte. No se lo que le pasa a mi corazón. No se si va
a toda velocidad o si se detuvo.
Ahí esta, pendiente, de
izquierda a derecha.
De una de las vigas del
techo.
Con una soga en el
cuello.
Se que ya es tarde, lo
supe siempre, es por eso que no corrí hacia donde estaba la silueta,
que ahora tiene nombre y cara.
Sabía que estaba triste,
me lo dijo, me lo dijo llorando, pero no hice nada, nada, nada.
Me lo dijo y no hice
nada.
Una de las personas que
mas quiero en este mundo, si no era la que mas quería (quería, en
pasado, pasado, porque los muertos están en pasado)
Estoy gritando, lloro,
lloro, lloro...
Esa persona, que estuvo
en el vientre de mi madre, que durmió en mi cuna, que jugo con mis
juguetes, todo antes que yo.
Herede la mitad de mi
ropa de esa persona.
Está muerta, en el
techo, muerta.
La nota arde en mis
manos.
Este último tiempo
llore más que en toda mi vida. Me dormía llorando. Me pasaban
demasiadas cosas, todas malas. Siempre me despertaba pensando que era
mejor no despertarse nunca. Ya no quiero despertarme más. Pero sepan
de que los amo, y eso nunca va a cambiar.
Así que por favor, no
se culpen. Sean tan felices como yo no lo pude ser.
Ya no tengo miedo. Ahora
me duele todo.
Es... distinto. Esta basado en una pesadilla que tuve (por culpa de algo que vi en la tele, ya ni me acuerdo). Comenten sus opiniones, ya que no se si alguien más lo considera de terror. Yo si.